UTOPÍA Z: PRESENTE ( entrada nº 11 )
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La salida a la libertad es una mera quimera, ¡ lo sé muy bien Ayrton ! pues la mecha de la
hecatombe ya está encendida y no se puede detener. Su sed de poder no tiene fin, y aunque ellos conocen que su
yugo a los pobladores menguara, el plan ya está predestinado, es un proyecto
llevado durante años, un objetivo, ¡ es el último programa de reinicio a la
humanidad !. Estate atento, pues la batalla está cerca y oprimirá, las consecuencias
serán trágicas llevándonos al penúltimo escalón del infierno. Empezaran con una
propagación, una nueva forma de virus agresivo y alterado de la rabia, una
logia trasmisora, unos apologistas expansionistas, el ideal de un dios... Tengo
el informe oficial de su último movimiento. – era el momento de que mis ojos se
abrieron aun más – Hace 85 años, hubo un caso de un detective privado de Nueva
York que se vio implicado en un complot sobre la hegemonía egoísta de los ricos
ante la pobreza de los inferiores, todo fue orquestado por un beneficio
exclusivo de un virus y un sistema para sacar dinero gracias a las
farmacéuticas, siguiendo los pasos con un derrocamiento a las nuevas leyes
impuestas por la nación y un nuevo orden. Varios altos cargos estuvieron
implicados por traición, ocultación, asesinato y engaños, sentenciados y
encarcelados con altas condenas y llevadas incluso a la pena de muerte. Pero
como es de esperar, no todo el mundo fue imputado y hubo gente que se salvo, lavando
su imagen, su nombre, sus empresas, para volver a empezar con una nueva
agrupación, Club Bilderberg. – no me sorprendió nada, los tres días que se
mantenían encerrados sin dejar que nadie entrara en sus dominios, era realmente
extraño - se disponen a utilizar las
piezas de ajedrez que tiene en su tablero, nanotecnología, recursos
tecnológicos e introducírnoslo dentro de nuestro organismo para tenernos controlados
como ovejas guiadas ante un pastor… Todo empezara en Yemen…
Un fogonazo y la
luz se cortó. Mi casa, mi barrio, mi distrito, todo había quedado a oscuras. Las
sirenas de los coches de policía se oían a lo lejos, seguidos de fuertes
tumultos con varias detonaciones. Mi ordenador había quedado negro, ese oscuro
punto en el centro que te invitaba a caer, todo lo relacionado con Yota se había volatilizado
con ese fogonazo, con ese chispazo brusco, desapareciendo la información y el obtenerla.
Quede unos minutos sentando frente a la pantalla, aun notaba la sequedad en mi
garganta, - ¿ asimilarlo ? - me decía.
Yota había conseguido borrarme esa cara de estúpido, esa mueca de superioridad que
siempre ponía ante los demás, mi mundo había cambiado por completo y solo me
interesaba aquellas pruebas.
En un arrebato
de fuerza mi raciocinio volvió en sí, levantándome de la butaca y yendo rápidamente
hacia mi móvil. - ¡¡ Vamos, vamos !! -
me animaba. Los números se visualizaron en la pantalla táctil, marcando el
contacto de " Scout " y oyéndose
ese sonido irritante en cada pulso, hasta llegar a la vulgar cacofonía de la
llamada. Una, dos, tres… Comunicando. Cinco, seis, siente…Nada. La luz seguía
sin venir, los minutos de ardor fueron mermándose por las horas y la pesadez de
la nada, en castigo. Si, lo confieso, me quede despierto durante toda noche,
sin respuestas, sin solución, sin nada con lo que calmar mi intranquilidad. Con
los primeros rayos de sol mis parpados hicieron mella, cayendo mansamente hacia
el profundo sueño de los excesos. - Una
vez más – me convencí. No hubo fuerzas, mi mente se perdió, se desplomo y lo
peor de eso, es que, sabía que ese día iba llegar tarde a trabajar.
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