UTOPÍA Z: PRESENTE ( entrada nº 10 )
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Proyecto Haarp – la comisura de los labios de Yota se
arquearon maquiavélicamente.
Sabía
perfectamente que otro programa de Investigación se refería, un generador
de frecuencia compuesto por 180 antenas capaz de emitir en 4 GW
de potencia, dando pulsos de radiación electromagnética a la Ionosfera y
fomentando los avances tecnológicos para favorecer las radiocomunicaciones y
sistemas de vigilancia. También se decía, que sus pulsos podían crear movimientos
sísmicos en las placas tectónicas y ocasionar terremotos controlados, siendo
muy útil para las acciones bélicas y el programa militar que tanto anhelaban.
Lógicamente, aquello eran conjeturas y nada se pudo verificar con certeza, su
cierre en el 2014 termino con toda aquella polémica. Aunque claro, muchos
conspiranoicos, incluidos yo, pensaron que aquello fue una tapadera para seguir
con su proyecto en secreto, a través de empresas privadas sin necesidad de ser
accesibles al público con revistas científicas o prensas del país.
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El apetito es voraz, codicioso, lleno de cicatrices que
buscan rasgar más. Un pequeño glotón hijo de puta, infame, dispuesto hacerte pecar.
Los hilos de su inmoralidad se tejen entre los cientos de papeles, se
confabulan para que el sentido del caos se vuelva orden. Su mierda se abren, se
dividen entre miles de ramales donde su armazón se vuelve impenetrable. Nada se
hizo por nada y el nada se convierte en todo.– Otro expediente se reveló en mi
monitor. – El tsunami de Indonesia del 2004, ¡ otro alambre más a su enjambre !,
descargas de radio frecuencias producidas por el Haarp y engendrando una explosión
submarina que arraso miles vidas. ¡ Almas perdidas, sombras caídas !. Pero los embustes
salen a la luz, muestran su verdadera cara, todo el peso cae y muchos pueden
ser los vencidos. Estados Unidos, pueblo de libertad, honor, independencia, mancha
sus ideales con deshonor creando elaborados planes para diseñar fines futuros
exhibiendo oportunidades propagandísticas humanitarias ante su dañada imagen
con la guerra Afganistán. Los beneficios más importantes de esa estrategia
geopolítica, eran emplazar tropas y armas nucleares cerca de medio oriente para
llevar acaba esa limpieza étnica que tanto aguardaban, beneficiándose de esas
refinerías petrolíferas del continente y teniendo el control de una población no
sometida.
Un parpadeo y un nuevo archivo englobaba mi equipo con videos y fotografías :
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Japón 2011, más de 10.000 personas cayeron sucumbidas ante
un devastador terremoto de magnitud 8.9, siendo la peor causa la gravedad con
la central nuclear de Fukushima y su mal funcionamiento con la refrigeración del
núcleo. Lógicamente, todo aquello fue orquestado por esos entes poderos, por esos magnates del poder, Japón previamente
había sido amenazado con un evento catastrófico si no se sometía a las
presiones financieras de la mafia banquera de Wall Street, produciéndose el seísmo
ante la negativa con un hecho importante cara al mundo, control global. Los videos
y fotografías sacados de la red, lo corrobora, - mi dedo tecleaba el interior
de los carpetas viendo las imágenes - un periodista financiero canadiense que radicaba
en la isla, Benjamín Fulford, recopilo
todo aquello denunciando con pruebas concluyentes que la elite, ósea “ el
sindicato del crimen “, estaba intentando generar la tercera guerra mundial con
fines lucros. Y su cúspide, su gran obra era control mental gracias a la unión del
Haarp y los Chetrails, la nanorobótica ya había sido implantada con esas partículas
blancas dejadas en los cielos, siendo receptoras poderosas para que una vez que
el rayo estuviera en funcionamiento cogiera la fuerza a la hora ser emitido y el
reloj de los inanimados se pusiera en funcionamiento.
Mi cara era un
poema, seguía sin articular palabra alguna, todo estaba relacionado y la
mentira se iba abriendo como una piel plátano. Mi mente todavía seguía asimilando
aquello y aunque quería saber más, por ejemplo ¿ a qué cojones se refería Yota
con eso del reloj de los inanimados ?, no pude pronunciar nada y solo me quede
como un mero espectador como mi viejo amigo seguía con la charla.
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