UTOPÍA Z: PRESENTE ( entrada nº 3 )
II Lunes, nefasto y cruel lunes. Odiado día entre muchos, amado y querido por otros. Comienzo de una larga sentencia que termina al son de un astro resplandeciente enterrándose en el contorno de la jornada. Soporífero bucle semanal de interminables eones. Hoy solo he dormido un par de horas, tal vez fueron minutos; es difícil saberlo cuando el tiempo, los relojes, la electricidad ha dejado de existir, ha dejado de funcionar. Desperté sobresaltado, casi al borde de ese precipicio escalonado, parece ser que mi subconsciente quería decirme algo. Mire hacia abajo intentado advertir si todo lo ocurrido había sido producto de mi mente, una especie de síntoma extraño jamás padecido de estrés postraumático ante mi agobiante vida de ingeniero informático. No, estúpido de mí que no quiere ver la realidad. Ellos seguían allí, rondándome entre las oscuras penumbras de la mañana, perseverando en su intento de hundirme más en mis desvariados pensamientos y crearme ese estado